Voy a romper las ventanas y a entrar como el aire...

domingo, 20 de noviembre de 2011

Distorsión

Cada vez estoy más convencida de que cada uno de nosotros percibimos la realidad según nos conviene. Y sinceramente, me parece triste e inevitable a la vez, pero bello también. Es extraño pensar que dos o más personas pueden vivir exactamente lo mismo e interpretarlos de manera muy distintas, me asusta un poco la idea pero en el fondo me parece algo muy especial: percibir tu realidad no la de otros sino la tuya, la que penetra a través de tu mirada para refugiarse en tu cerebro...y estar en constante centrifugado entre tu corazón y tu razón.
A veces, esa realidad, uno la calla. No todo el mundo sabría entenderla. Y hay que tener mucho valor para hablar de su realidad puesto que si la otra persona, a pesar de vivir exactamente lo mismo, la niega y se obstina en defender la suya...entonces no queda nada. 
Supongo que dos realidades que se entrechocan aun invisiblemente, algún día se materializan y sólo pueden llegar a separarse. Porque no hay cosa que provoque más incomprensión que estar viviendo lo mismo y sentirlo distorsionado.
Pero en una dimensión más global, la percepción que tiene cada uno de la realidad, la que pasa por nuestros sentidos, la que palpamos a diario ¿no es lo único que nos salva de no convertirnos en autómatas?
¿Y qué pasa en los países pobres, cada ser humano allí también concibe la realidad a su manera?



Todo esto viene a que, aparte de que se hayan sumando varias cosas, hoy bajando al bazar que tengo en frente de casa, dos chicas estaban discutiendo acerca de la mirada (como no) de un pretendiente...una declaraba una mirada malvada, la otra simplemente una mirada de reojo por la postura del individuo que estaba de perfil. 
No voy a escribir más porque puedo asegurar que podría darle mil vueltas a este tema.
Menos mal que son escasas las personas que me leen y que en cuestiones de rayadas, creo que, ya me entienden.  

"La Superbe" Benjamin Biolay
On reste dieu merci à la Merci d'un lampadaire, d'une douleur endormie, d'un chaste spleen un soir d'hiver(...) Quelle aventure..

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