Voy a romper las ventanas y a entrar como el aire...

martes, 5 de junio de 2012

Un día en el mundo

Sintió de repente que todo este año había sido una farsa.
Una obra teatral, tragicomedia a la Corneille, que no dejaba ver realmente el espectáculo que se desarrollaba detrás del telón.
Hoy ni las máscaras, ni los maquillajes, ni las bambalinas y ni las luces eran capaces de desempeñar su papel. El decorado era precario.
Su esencia : un caos sumergido en la nada.

Está cansada de identidades falsas. Exhausta por recorrer el camino con una brújula que cambia de dirección a cada paso que da.
Destrozada por no ser capaz de apreciar lo que está a su alrededor, por no conseguir ser tan fuerte como algunos lo pretenden. Expectativas irreales.


¿Te has sentido así alguna vez? ¿No ser capaz de ser quien te gustaría ser... hasta el punto de olvidarte de cómo es esa persona inventada?

Una mañana de martes cualquiera


“…El hombre nunca puede saber qué debe querer, porque vive solo una vida y no tiene modo de compararla con sus vidas precedentes ni de enmendarla en sus vidas posteriores. No existe posibilidad alguna de comprobar cuál de las decisiones es la mejor, porque no existe comparación alguna. El hombre lo vive todo a la primera y sin preparación. Como si un actor representase su obra sin ningún tipo de ensayo. Pero, ¿qué valor puede tener la vida si el primer ensayo para vivir es ya la vida misma?. Por eso la vida parece un boceto. Pero ni un boceto es la palabra precisa, porque un boceto es siempre un borrador de algo, la preparación para un cuadro, mientras que el boceto que es nuestra vida es un boceto para nada, un borrador sin cuadro…” 
La insoportable levedad del ser, Milan Kundera


A las 13h50, la mano de un gigante romperá el marco y borrará tu boceto vital. Te arrancará de cuajo tus entrañas.
Pasarán los días. Probablemente, no creas lo que te cuento ahora.
"Todo sigue, nada será igual pero todo seguirá de manera diferente. Te acostumbrarás al dolor con el tiempo, la rutina... Algunas personas se empeñaran en re-dibujar tu boceto.
- ¿Qué dices? No, no quiero acostumbrarme a nada. No quiero que nadie me dibuje..quiero seguir siendo una hoja en blanco. Déjame en paz!"

365 días después. Cruz roja en tu calendario.

Las personas que te quieren consiguen sacarte una sonrisa. Logran hacerte sentir afortunada con una carta acompañada de unas fotos y un CD,  las anécdotas de colegio de un niño,  un sms en el que te dicen que te echan de menos.
Al meterte en la cama, piensas en ella, impotente como siempre, preguntándote por qué?
Y te viene a la mente el día de hoy. Te detienes en todos esos pequeños detalles que te permiten levitar sobre el dolor. Flotas en el aire.



"Definitivamente, una vida no es suficiente..."

Flash-back nº2

23h30
Tormentas en tu interior. La concentración se evapora con cada respiración.
La montaña de trabajos te mira burlona y observa cómo se sume la opresión a la desesperación.
No consigues encontrar la razón por la que te sientes así: una roca que no cabe en un recipiente de agua y sin embargo que se ahoga.

No puedes desperdiciar el tiempo de esa forma. Por fin, te decides. Ese blog de "música" nacerá en los próximos instantes. El nombre, pensado desde hace mucho tiempo, es fiel a tu canción favorita.
"Nunca se apagará".
Aún, no sabes nada...aún, ignoras que tu proyecto cambiará de rumbo a la mañana siguiente.
Vives tranquila.
No te quejes del dolor, ni de tu bola en la garganta. No te quejes.
Aún queda lo peor por conocer.


Yaces inerte en el salón de casa. Me siento paralizada por el malestar que me invade.
Ni una intuición, nada. Sigo respirando: eres tu. Ya eres aire y yo sin saberlo.

  

"Te voy a esperar junto a la ventana hasta que entres como el aire"

lunes, 4 de junio de 2012

Flash-back nº1

05h00 PM

En un insignificante autobús que viaja por una carretera española

Ha salido temprano esta mañana para ir a ver a su abuelo recién salido del hospital. Una visita de lo más breve para matar la ansiedad y asegurarse de que todo "anda" bien.
Trayecto de vuelta.
Intenta evadirse pero la ansiedad no para de brotar desde que ha amanecido. En su casa, le esperan más de cien exámenes por corregir, otras tantas medias por calcular...odia las evaluaciones. Además, el calor es sofocante y  le cuesta respirar.
Le ha tocado sentarse al lado de una monja. Saca Momo del bolso. Se acomoda y se pone a leer. Está a punto de acabar el libro que ya leyó unos años atrás y que le encantó. No hubiera podido escoger mejor libro con la tarea aplastante que le espera y las pocas horas que le quedan para cumplirla.
Levanta la cabeza, mira discretamente la mujer de Dios y piensa:
"¿Cómo hace esta mujer para vivir por alguien cuya existencia es dudosa? ¿Cómo consigue que su fe nunca se agote? Yo antes creía en "algo" y ahora...puuuff, demasiadas cosas por hacer como para creer en algo que no sé si existe. El caso es que me parece que era más feliz cuando creía en "cierta energía universal". En fin...No sé cómo lo hace esta mujer..."
Retoma el libro que sujeta abierto con su mano derecha. Cuando no quiere que se acabe un libro saborea muy despacio cada palabra, vuelve a leer párrafos enteros con tal de alargar el final, no quiere que se acabe su tregua. Si pudiera saltaría en las páginas del libro, ayudaría a Momo a vencer los hombres grises, saldría de esta maldita realidad.

[¿De qué te quejas pequeña lectora?
No tienes ni idea de lo que te espera...]


En un insignificante piso situado en el noveno piso de un inmueble francés

No puedes más. Esta mañana, has vuelto a discutir con él. Se ha ido con el pequeño, supones que para ver su amante.
Y tu hijo mediano que no te coge el teléfono. Tus amigas hacen lo mismo. ¿Para qué llamar a tu hija que está a miles de kilómetros y probablemente te ignore también?
Estás sola en casa. A mediodía, te acercas a la farmacia en busca de tu bálsamo existencial.
Seguramente pienses:
"No debería con la inmensa receta que me ha dado el psiquiatra de la clínica...pero estas pastillas no me hacen nada...vuelvo a las mías"
Subes en ascensor. Te encierras en casa. Te quitas los zapatos. Llenas la botella de agua y tomas tus medicamentos. Aliviada. Puedes comer algo. Te tumbas en el sofá y ...

Buen viaje.