Desapareció la esencia del ser humano.
Todo conlleva una explicación. Nuestra autenticidad desenmascarada.
Hablarte pierde el sentido cuando analizo las funciones del lenguaje.
Mirarte depende de la situación.
Y pensarte no significa nada si me atengo a las teorías neurológicas.
¿No lo ves? Nuestras historias se pierden en la ciencia.
Es de suponer que de ese modo, nos sentimos completos.
Eterno afán de encontrar las razones de nuestros actos.
Pero me niego. Mi vida no es el experimento de unos científicos más o menos locos que yo.
Me opongo al caos coherente, a la magia argumentada, que me ampare lo que sea...
ante el huracán del azar o del destino, cómo lo quieran llamar, no pienso encontrar razones que nos expliquen.
Si sigues mi mirada, no encontrarás rumbo fijo y verás la soledad madura desde siempre, viajeros sin maletas que no saben adonde van, pero también podrás contemplar valles inmensos y crepúsculos sangrientos y cálidos, perderte conmigo en el mar, sentir fuera de los conjeturas ajenas. Sin que nadie te merme una parte de tu ser dibujando limites. Si cierras los ojos conmigo, encontraremos el infinito.
"Quien busque el infinito,
que cierre los ojos."
Milan Kundera, La insoportable levedad del ser.
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