Ando deambulando desde hace meses a la espera de la más insignificante señal.
Oigo tu voz, veo tu pelo, te imagino en otras siluetas, te resucito en otros cuerpos.
Y me lo creo.
La realidad es distinta. No estás.
No te sentimos, ni tampoco te soñamos.
Y perdóname, si existes en alguna parte.
Sé que esto te romperá el alma.
Pero la verdad es que no siento, no te encuentro, no te vivo.
Cada noche, cuando intento conciliar el sueño, es la misma historia de siempre:
¿dónde estás?te necesito más que nunca.
"Concorde" Amaral
¿Acaso la muerte se reduce a eso?
¿para qué entonces? ¿para qué todo esto?
Si cuando nos marchamos, la marea hace desaparecer nuestras huellas una a una.
Quizá porque es sencillo seguir unos pasos marcados... quizá porque la marea sólo oculta lo que es sencillo ver... quizá porque estás mirando a donde no debes... y, sobre todo, quizá, porque como bien dices tú, sería demasiado sencillo desenmascarar lo que significa la muerte.
ResponderEliminarOjalá tengas razón...ojalá esté mirando de forma equivocada. Gracias.
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