Voy a romper las ventanas y a entrar como el aire...

sábado, 21 de mayo de 2016

Toujours pour vous...

Para mis niños (que nunca lo sabrán),


Y no cabe duda de que a veces, me siento aliviada.
El tiempo corre y me dejo arrastrar por él. Eso ya lo sabéis.
Y sin embargo, a pesar de haber aprendido a lamerme las heridas
(como suelen decir las canciones),
ocurre en algunos momentos, como el de este instante, el descenso de todo.
Sí, sucede que a veces, no me apetece luchar y me permito ser otra o tal vez, mi esencia.
Ser, simplemente, aquel ser vacío que sin ti no encuentra el oxigeno suficiente.

Una especie de autómata que proclama a sus alumnos que la plenitud está ligada al momento presente,
que "l'épanouissement" no depende de las experiencias vividas como defienden ellos.
Mis pequeños seres inocentes...
No os podéis ni imaginar cuánto alegráis mi rutina, ni cuánto me llenáis cada día. De qué manera me transmitís magia, sí magia, cuando queréis demostrarme que la vida es un camino de rosas.
Imbécil de mi que os habla de espinas. (Y de que no podéis concebir la vida así porque en algunas ocasiones, es más que dura.)

Y aún así os proclamo el "carpe diem" y si pretendo que en una clase de francés cualquiera, os sintáis lo más afortunados del universo es porque he aprendido de estos momentos.
Porque gracias a vosotros, esta mañana y la de ayer y otro sinfín de mañanas , era la persona más feliz del mundo.  Pero como dice Victor Hugo, llega la noche y ... cada individuo alcanza su luz.

Y es que, en mi caso, una de las llamas más importantes para mi, se apagó hace casi 5 años.
La hoguera sigue encendida , no lo dudéis nunca, perseverará.  Soy algo fuerte.
Pero otras brasas vitales se han ido apagando y, a veces, la obscuridad nocturnal me arrastra con ella.
Supongo que os pasará a vosotros en algún momento,
Pero sabéis qué? Sin esto, no apreciaríamos la luz del amanecer. Cualquier cosa, absolutamente cualquiera, aunque parezca tiniebla intensa, posee un minúsculo resplandor.

Así que... Ya sabéis, a alcanzarlo. No queda otra.

PD: Ya os echo de menos, mes petits. Gracias por haberme enseñado tanto. Y sé que os convertiréis en grandísimas personas, ya lo sois aunque no lo sepáis  ;)

Y va siendo hora de romper, matar, derruir,  aniquilar y sobre todo, de vencer los malditos Fantasmas que me acechan desde años:

Una mañana cualquiera con vosotros, siento esto:


Toujours pour vous...
Élodie.



jueves, 28 de abril de 2016

De nuevo

Des-empezar de nuevo, arrastrados por la corriente gris.
Rodeados de enemigos invisibles, luchamos contra la neurosis.
Se empeñan en borrar la historia, la de cada uno, la nuestra.
En todas las mentes...
Nada.
La amnesia colectiva anula nuestra existencia,
cualquier paso es desvinculado de su dueño,
como si ya sólo fuésemos espectros del pasado,
borramos todos los recuerdos sin darnos cuenta de que nos quedamos vacíos.
Y nos aferramos a la esperanza, creyendo que re-empezar, esta vez, nos salvará,
aún siendo los locos, seguimos confiando en nuestra humanidad.
Pero, cada día se multiplican las fronteras de alambre,
cada tarde se celebra jugando con la vida de un animal,
cada mañana, se ven a personas cuyos caminos no encuentran salida,
cada noche, los mismos sueños de un mundo mejor
y aquel espejismo lejano de una utopía inalcanzable.

Y yo, lejos de todo, suplico al universo, de amanecer agarrando tu mano.
Aunque sólo sea en sueños.
Desprendernos de todo, tal vez sea ésta, la solución.


Aviation - The Last Shadow Puppets


   
Maman "told me you should start as you mean to go wrong or else you're never gonna get it right".

sábado, 5 de marzo de 2016

El poeta Halley - Love of Lesbian



Me atraparás al vuelo, 
y nunca a la pared 
y si me dejas aire 
en tus líneas dormiré.
Palabras de una musa
de baja maternal.
Puede que al fin me conozca muy bien:
si fueran puntos grises mis rarezas,
cada tara que creé
de seguirlos con un lápiz al final
verías mi cara en el papel.
Por eso,
estoy por aquí otra vez
rebuscando en mi almacén esa palabra,
cónsul de mi timidez.
Ojalá encuentre la forma,
más me vale,
tengo un tema que acabar.
Si no aparece nunca,
o entiendo que no di con la palabra justa
y cuando al fin la encuentro llega aquel mar de dudas
si cuando me decido tú me detienes siempre
me aprietas justo aquí y dices:
No, mi leal traidor, inspiración,
cuando apareces menos hoy
Y soy yo.
Te quedarás dormida,
menuda novedad,
es peor mi geniocidio
cuando no te dejo hablar.
En la autopista de la vida
si te saltas la salida hay que esperar.
Puede
que no haya aprendido a aceptar
que escuadrones de moral judeocristiana
con su culpabilidad
nos seguirán por tierra, por el aire
y sobre todo por amar.
Puede
que esté demorando la acción.
A los doce, tuve un sueño en que ganaba,
pero el sueño me venció,
desde entonces mis derrotas son las huellas del carnet
de ese tal yo.
Ahora escúchame,
ya he encontrado la palabra justa,
mejor prepárate,
tiene algo que a todos asusta.
Sí, la voy a soltar,
la quiero soltar.
Pronunciaré 'esperanza'
la gritaré por dentro si es lo que hace falta,
la escribiré mil veces, me alejaré de espaldas,
quizás de repetirla algo me quede.
No puedo permitir tu negación,
mi leal traidor inspiración,
de intermitente aparición,
como un ángel hallado en un ascensor.
Qué bien funcionas como recuerdo.


Acojo en mi hogar
palabras que he encontrado abandonadas en mi palabrera.
Examino cada jaula y allí,
ladrando vocales y consonantes,
encuentro sucios verbos
que lloran después de ser abandonados
por un sujeto que un día fue su amo,
y de tan creído que era,
prescindió del predicado.
Esta misma semana
han encontrado a un par de adjetivos trastornados,
a tres adverbios muertos de frío,
y a otros tantos de la raza pronombre
que sueñan en sus jaulas
con ser la sombra de un niño.
Señalo entonces
a las palabras que llevan más días abandonadas,
y me las llevo a casa,
las vacuno de la rabia y las peino a mi manera,
como si fueran hijas únicas,
porque en verdad todas son únicas.
Acto seguido,
y antes de integrarlas en un parvulario de relatos o canciones,
les doy un beso de tinta
y les digo que si quieres ganarte el respeto,
nunca hay que olvidarse los acentos en el patio.
A veces les pongo a mis palabras
diéresis de colores imitando diademas
y yo sólo observo como juegan en el patio de un poema.
Casi siempre te abandonan demasiado pronto
y las escuchas en bocas ajenas,
y te alegras, y te mojas contigo mismo,
como con todo lo que amamos con cierto egoísmo,
y uno se queda en casa,
inerte y algo vacío,
acariciando aquel vocablo mudo llamado silencio,
siempre fiel, siempre contigo.
Pero todo es ley de vida,
como un día me dijo el poeta Halley:
Si las palabras se atraen,
que se unan entre ellas.
Y a brillar,
que son dos sílabas.


A menudo, la incoherencia del destino resulta inefable. 
Las palabras pierden sentido: vacías y oscuras, se olvidan de su propia identidad. 
Por eso se esconden inexorablemente, detrás del manto de la ironía de la vida. 
Atónitas, observan de soslayo este extraño espectáculo vital.  
Y por esta misma razón, aunque estén cerca de casa, se quedan en el umbral, sin saber cómo escogerse las unas a las otras. Sin poder formar frases. 
Impertérrita como ellas, yo tampoco soy capaz de encontrar sentido a mi nuevo destino. Aquella cercanía que rima contigo.  
Así que me callo. Me someto al silencio.